¿POR QUÉ LA IGLESIA-SECTA CATÓLICA NO RECHAZA EL PATRIOTERISMO NAVIDEÑO?

Ayer afirmaba Germán que “el único movimiento menos malo que ha habido es el movimiento cristiano, ¡pero es tan cortísimo! Igual que el movimiento de Brahma o de Buda. Son movimientos tirando al bien, pero muy cortos. Leyendo sus escritos se ve que son muy primigenios.” Nos animó a trabajar en MID, el partido Unión Integral y Democrática, porque “hay mucha gente que está esperando” lo que Él dice, que no lo ha dicho ni Jesús, ni Buda, ni Krishna ni nadie antes.

Es de Perogrullo que no hay que confundir el cristianismo con las distintas iglesias-sectas cristianas, y mucho menos con la iglesia-secta católica, que es la que domina en este desdichado país. Iglesias en el sentido de su reconocimiento oficial y amplitud de influencia. Sectas en el sentido de que son grupos con una determinada ideología, distinta en mucho o en parte de otras asociaciones. La organización católica, enorme e influyente en gran parte de la sociedad occidental y especialmente en los países latinos y sus áreas asociadas, actúa en la práctica contra las ideas cristianas y sobre todo estorba a la evolución. Es urgente que reconozca sus errores y los corrija.

Como Germán expone en PROCESOS DE EVOLUCIÓN SUPERIOR (2019, Libro 2, Capítulo 6), “el ser humano (bipolar) es una chispa del espíritu o energía Universal, que al llegar a su individualización funciona no como un alma –como se dice vulgarmente-, sino como un ego –polo masculino- y un alma –polo femenino-. La actividad simultánea del ego-alma supone, pues, la función gerencial individualizada de cada ser humano”. Esto capacita para “que por evolución pueda conseguir tener voluntad y libertad, cuyo juego le permite poder llegar a tener responsabilidad sobre su actividad vital”. Las iglesias-sectas cristianas deberían dejar de poner la capacidad de desarrollo personal fuera de la persona, en un “salvador” externo.

“En el Cosmos, absolutamente todo es bipolar, y por tanto al serlo así mismo la persona humana, es obligado y necesario que también su actividad –es decir, sus actos-, cumplan con estas condiciones de bipolaridad” (id. Cap. 7). Es evidente que la iglesia-secta católica no cumple la LEY DE BIPOLARIDAD UNIVERSAL. El tratamiento que da a la mujer es una denigración grave del polo femenino, en absoluto equilibrado con el masculino. Su asociación al “mal”, al “pecado”, y su negativa a que las mujeres puedan llegar a ser papisas, confiere al polo femenino un papel subordinado e inferior al del varón. Se las trata como una especie distinta, semianimal, con imposibilidad ontológica de llegar a lo que ellos consideran su cúspide, el papado.

Luego está su ligazón con el poder, el dinero y la fuerza (polo masculino), en contra de la justicia, la razón y la solidaridad (polo femenino). Para que la evolución correcta de la humanidad se pueda realizar, hay que cumplir dos fases (id. Cap. 2):

  1. Aceptación racional de que esa situación de bienestar y acomodo material es la propia y adecuada a la secuencia vital de cada ser humano, y vivir con seguridad de que siempre será así.
  2. Comprensión de que la vida en esas condiciones no es suficiente para el verdadero progreso y evolución de la persona.

Respecto a estas premisas, hemos visto cómo la iglesia-secta católica no solo no las acepta ni las comprende, sino que lucha contra ellas. De ahí las críticas –incomprensibles según su teoría- al Salario Mínimo Vital, que debería estar ya implantado hace mucho tiempo. Se conforman con promover la caridad, acto denigrante que niega cualquier derecho humano y perpetúa la pobreza.

Son estos tremendos sesgos a favor del polo positivo (fuerza, poder, dinero) de la iglesia-secta católica, los que les ciegan y les hacen ver bien la aborrecible ocurrencia de los gobernantes antidemocráticos de Madrid: poner monstruosas banderas “nacionales” que asocian religión y poder. ¿Realmente piensan que eso beneficia a su ideología? ¿No se dan cuenta de que estamos ante una versión 2.0 del nacional-catolicismo franquista?