ANTE LA GRAVE CRISIS SANITARIA QUE ESTAMOS PADECIENDO.

Estamos inmersos en una catástrofe sanitaria. No tanto por la gravedad de la enfermedad del coronavirus (que la tiene, y no lo negamos), si no porque el estado de la sanidad pública es «catastrófico». No por publica, ni por que la «privada» lo haga mejor, si no por la política de privatización y recortes, llevada a cabo por los gobiernos (nacionales de PP, PSOE, autonómicos de CyU, PNV, …). Se ha llevado adelante una demolición premeditada de los servicios públicos (sanidad, educación, cobertura social, etc).

Denunciamos y nos parece vergonzosa la actitud de la sanidad privada, haciendo ERTE,s y aprovechando la situación para hacer negocio y reclamar más dinero a la administración pública. Mientras sus recursos no se están poniendo al servicio de la sanidad pública para luchar contra la pandemia.

Ahora se esta viendo, de forma descarnada, el objetivo doble de la privatización y la política de recortes llevada históricamente desde hace tantos años, con el pretexto de la «crisis»:

1) Beneficiar la mafia empresarial de la sanidad privada (vinculada generalmente al PP, el liberalismo no puede sobrevivir sin el continuo flujo de dinero regalado por el estado). Lucro privado con dinero público

2) Otro más oculto. Una política de eugenesia para reducir la población, especialmente los sectores mas vulnerables y débiles, que el sistema capitalista considera población sobrante: ancianos, parados, sin techo, enfermos, etc. Con el pretexto del coronavirus se ha impuesto un estado de excepción a la población por motivos sanitarios, (confinamiento por la cuarentena), que es un ensayo de control de población y de militarizaciones de la sociedad.

Hay está el control que se pretende hacer de los movimientos de las personas a través de los móviles. No nos satisface la política del gobierno. Los avales de 200.000 millones de euros para las empresas en «dificultades por la crisis «, mejor estarían invertidos en una auténtica política de apoyo a los sectores mas desfavorecidos y de verdadera reactivación del tejido productivo de la nación (a través de la empresa pública, y redes cooperativas). Son necesarias medidas para condonar deudas, impuestos y alquileres (parque público de vivienda), dar apoyo no solo sanitario, si no también de cobertura social, y alimentaria a la población.

Por el confinamiento muchas personas no pueden ir a trabajar o han perdido su puesto de trabajo, con lo que no podrán hacer frente a los pagos de vivienda, gastos, comida, etc. Recordamos que tales medidas serían muchos menos onerosas para el presupuesto público que los 30000 millones que el estado español paga al año solo en intereses a prestamistas privados por la deuda pública,(la cobertura a los parados es la mitad), o los 65000 millones del rescate a la banca, no devueltos. Y que no se puede sacrificar la población por los intereses de la «economía». Que no son mas que los intereses de una minoría privilegiada. Sin población la economía no funciona.

Es indignante que no se haya nacionalizado ya toda la sanidad privada, fusionando sus recursos a los de la sanidad pública para hacer frente a esta situación de emergencia nacional, conforme un plan estatal.